LUNA LLENA SEPTIEMBRE

Así es Fer. Mi vikinga ya no es invencible. Y saberlo me pone tan triste como una infidelidad de mi pareja. Muchas gracias por tus palabras, confío que el arreglo quede tan bien que esa pegatina(que con gusto acepto) pueda ponerla en cualquier parte del casco.
Una cosa mas. La tarde de mi percance coincidió con tu última de soltero. Tu ilusión era total y me hizo pensar que quizá haya vida después del matrimonio…. Espero que disfrutarais mucho de vuestro día y felicidades a tu señora.

Así que por alusiones, permitidme que os cuente algo de aquel día que partí mi Nelo.
Participar en una travesía con gente que no conoces es ya una aventura en sí misma en la que te puedes encontrar cosas curiosas como sustituir las tapas de los tambuchos por hules floreados o tener que explicarle al compañero mas inexperto que por no llevar timon debe ir corrigiendo el rumbo de su piragua insumergible pues la ola de costado le va derivando….
Todo esto hubiera sido una anécdota simpática si ese viernes no hubiésemos intentado pasar La Manga con fuerza 4.
Sabíamos que a media mañana haría ese viento, pero si doblábamos Cabo de Palos a tiempo tendríamos muchas posibilidades de llegar a Portmán y por consiguiente completar la travesía. Era el día difícil.
Y como lo sabíamos, no nos importó celebrarlo en una cervecería inglesa cercana al campamento en la playa del Mojón. Grata sorpresa, había concierto. Al cuarto cubata, los Ladywrites nos dedicaron esta canción:
https://www.youtube.com/watch?v=r3Y48rQOAck
A pesar de la fiesta nos levantamos con el sol y casi sin desayunar comenzamos a remar.

El primer rescate veinte minutos después. El compañero de la insumergible no tenía mucha experiencia. Tras el segundo, decidimos que se cambiara por el palista de proa, en la Prijon doble.
A las 11:30 el viento todavía contenido. Pero tal como se predijo el levante se hizo el protagonista poco después.
El cambio de palista hizo que el grupo remase compacto y a buen ritmo. Hubo cierta tendencia a alejarse de la costa que yo intentaba contrarrestar fijando mi rumbo y siendo referencia.
Media hora después de pasar Isla Grosa, la doble volcó. En el quinto pijo. Eduardo llega primero y comprueba que todo esta bien. Alrededor de la piragua restos de la carga. Agua en las bañeras, agua en los tambuchos. No se puede achicar porque el oleaje es fuerte. El kayak está a punto de hundirse. Hay que salir a la playa. A pesar de todo, Javi y Julio, logran subirse pero no gobenarla, por lo que decidimos remorcarles. Con algo de dificultad llegamos hasta la rompiente, que en la Manga ya sabeis como zumba. Nunca he visto navegar a una piragua tan hundida, solo se veía el cuerpo de los palistas. Aún así, algunos llegamos a la playa en un impecable y gozoso surfeo. (g.a.D.)

Una vez fuera, vaciamos y recomponemos. Aprovechamos para comer y debatir qué hacer ahora.
Javi, Julio y Jesus vuelven a por los coches. Nos sugieren que Eduardo y yo sigamos hasta Portman. Nos veríamos allí para la tarde. El viento sube a fuerza 5. Mi Nelo ya se ha visto en otras pero Cabo de Palos es mucho cabo. Eduardo maneja una plástica y estable de 4,2 m., La Cortijera. El lorquino va “sobrao” de técnica y valor.
- Entonces salimos, no?
En la orilla, las dos piraguas preparadas y separadas poco mas de un metro. Al sacar la mía de la arena para montarme, la ola desplaza la proa como casi siempre y mi casco se clava en la proa de la Cortijera. Siento un crujido pero ninguno le damos importancia. Frente a nosotros mas de cien metros de espuma blanca y bravura. Nada importante para quien aspira a surcar el cantábrico. Una tras otra vamos superando la rompiente. Nuestros amigos desde tierra lo deben estar flipando.
A punto de superar la ultima ola, mi piragua se queda clavada, quieta, y aunque empujo con fuerza, la puta ola me arrastra. Surfeo hacia atrás metros y metros hasta que mi costado se revuelca a diez metros de la orilla. Entre Javi y yo la sacamos y al vaciarla veo la brecha. Indescriptible sensación de impotencia y cabreo.

Todos en la orilla, derrotados. Es el fin de la travesia Costa Calida. En momentos como éste. Solo Mr. Lobo puede ayudarnos. Conecto con Alex y le explico. Por suerte, le pillamos en la escuela. Hay una pequeña posibilidad de seguir remando.

Llegamos sobre las siete y a la vista de la situación las opciones son pocas. Decidimos seguir su consejo y cambiar la ruta. Esa noche montamos el campamento en las inmediaciones de la escuela y mientras cenamos en el paseo, acordamos una ruta alternativa: “La vuelta al Mar Menor tomando 1/5 de cerveza en todos los chiringuitos que toquen arena”, (ese criterio no fue nada restrictivo como después comprobamos).

Por la mañana temprano, parcheamos mi Nelo, con algo que se parecía a cinta americana, despues despedimos a Julio, que decide marcharse a otros mares más tranquilos y recomponemos la doble, con menos carga pero las mismas tapas de hule floreado cubriendo los tambuchos.
La primera parada no se hizo esperar, Lo Pagan. Llegaron varias más que fueron mejorando el humor, sobre todo cuando sin bajarnos del kayak nos acercamos hasta un restaurante-palafito y le pedimos al camarero, el quinto de rigor. El tipo además de ponerlos nos los regala. Muchas gracias Pepe.

El dia en el Mar Menor era perfecto para el baño. En una de las paradas, a la altura de San Pedro, nos apuntamos a tomar los barros. Total… Cuando llegamos a la empalizada, queremos ver cómo estaba el mar mayor. Los compañeros flipan con los flamencos y el paisaje. El viento ahora era de poniente, fuerza 3. Algo de caña en una mañana de cañas. Antes de entrar por El Estacio, justo delante de nosotros vuelca un pequeño velero de casco estanco con tres grumetes. Cuando llegamos a ellos ya lo habían vuelto a poner derecho. El que hacia de capitán llevaba un par de heridas sangrantes, en el codo y en el costado.

De nuevo en el Mar Menor, paramos a la altura del Paquebote a comer algo y se acuerda montar el campamento en la Perdiguera. Llegada a la puesta. Inquietante la presencia de tanto conejo (de los que se tocan con la palma hacia abajo). Por fin algo de vida salvaje propia de travesia. Los de la doble han remado como corsarios. Ni siquiera toman ron. Solo roncan, acurrucados junto a su piragua y creo que satisfechos por el día.
Del dia siguiente, destacar, que se siguió con el criterio de las paradas y que a las 17:40 salimos del camping Caravaning con un alegre viento de popa. El mismo que tres surfeantes horas después nos dejó sanos y salvos,de nuevo en la escuela de la Ribera.

Por ultimo, mi agradecimiento y homenaje a los compañeros que compartieron esta aventura. Larga vida a los kayakistas aventureros. Gente grande en un mundo de gente.

Gracias por todo, compadre.

Disculpad el rollo. Espero que pronto, volvamos a vernos.


Nota: Querido maestro Anto. ¿Si lees esto, podrías ayudarme con semejante papeleta? Mis tardes están libres y a tu disposición para comprar lo necesario… Fibra de vidrio, lijas, resina de poliéster, acelerador de resina… Tu nombre sale en el google cuando pones arreglo en fibra…